La boda del año
Ya se nos olvidó a todos que era la mala de la película, que es fea, desaliñada y su peinado es totalmente pasado de moda (incluso cuando tenía veinte años y ya lo llevaba, se veía pasado de moda); durante muchos años, Camila no tuvo ninguna simpatía ni entre los súbditos ingleses ni entre el resto del mundo (roba maridos, diría mi hermano). Ahora resulta que lo único que se dice de ella, es la “maravillosa” y larga historia de amor, todos los medios resaltan la parte rosa del asunto. Ahora es discreta, paciente y es tan loable que nunca haya querido ser reina (y aunque quisiera, sólo será “duquesa” de Cornualles”). Somos maniqueístas por naturaleza. Hace unos años era la mala, mientras que la buena era la reina de corazones, Diana, y nadie hablaba de su bulimia y su anorexia, de que corría detrás de cualquier hombre que se le pusiera enfrente así fuera camarero, chofer o guardia. Ahora, todos quieren a Camila, la admiran por seguir enamorada (yo también la admiro, estar enamorada de semejante soso, claro, son tal para cual, no hay tampoco mucho mérito), por haber esperado sin exigir nada, por seguir queriendo al buen Charlie. Que era “la otra”, la causante de los problemas emocionales y sicológicos de “nuestra” Diana, que viste muy mal y todo lo demás que siempre se dijo de ella, de eso nadie se acuerda, porque ahora la peña está más pendiente de qué color será su vestido y de si el buen Charlie abdicará. A ver si alguien se acuerda del hijo menor de Carlos y espera que su nueva mamá lo eduque, que buena falta le hace.
1 Comments:
Dudo mucho que Camila haga halgo para educar al destrampado e incosciente príncipe Harry. Si Charles y la mísmísima Reina Isabel no han podido menos lo va a hacer una mujer que hasta donde se ha sabido públicamente su única virtud han sido sus poderes para convertir a los hombres en tampones femeninos..."such is the life in the tropics"
Maga, felicidades por tu blog
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