22.4.05

El hundimiento

Las últimas tres películas que he visto en el cine (aparte de Habana Blues) tienen un tema común bajo diferentes puntos de vista y no es un tema nuevo, ni en el cine, ni en la vida. Seguimos tratando de entender la guerra, entender por qué, quizá por eso tantas películas sobre el tema. Pero lo que es yo, no llego a ninguna parte. Sigo sin entender por qué, aunque me hablen de poder, de dinero, de política, de opresión, sigo sin poder justificar o comprender por qué odiamos tanto, o porque los otros nos son tan indiferentes que podemos pasar por encima de ellos sin inmutarnos, sin sentirlo. (Hablaré de ellas por separado)

El hundimiento es un vistazo a las últimas horas de Hitler, en abril de 1945, bajo el bombardeo de los aliados. El valor principal de esta película es que el vistazo se lo da un alemán, Olivier Hirschbiegel. Nos han parecido pocos los intentos de los alemanes, por lo menos en el cine, de analizar la figura de Hitler, como esos padres que reniegan del hijo descarriado, o más bien, como esos hijos que reniegan del padre descarriado, como la vergüenza de la familia de la que es mejor no hablar, de lo que nos arrepentimos pero preferimos olvidar. La película inicia y termina con las reflexiones de Traudl Junge, secretaria de Hitler durante dos años, en los que vivió recluida en el búnker en el que sucede la mayor parte de la película (lo cual acentúa la sensación asfixiante de agobio, de callejón sin salida, de opresión) y su reflexión final da pie a muchas más reflexiones. Junge dice que si hubiera sabido... quizá su fidelidad y cariño hacia Hitler habrían sido golpeados duramente. Pero dice además que su desconocimiento no la justifica.

No me impresionó tanto la figura de Hitler, supongo que tampoco esperaba encontrar algún momento de debilidad en él, algún momento emotivo que me hiciera pensar que era un ser humano, después todo; y no lo encontré, por supuesto. Era sí, un hombre tremendamente correcto, incluso diría agradecido, hacia sus seguidores fieles. Pero aún en los momentos más intensos, la frialdad casi demente que se lograba traslucir (incluso dentro de sus accesos de cólera) casi te dan la clave: me parece muy lógico que un hombre así haya hecho lo que hizo.

Menos lógica, más fanática, me parece la actitud de muchos de sus seguidores. Sobre todo de aquellos que seguían justificando la masacre a pesar de salir a la calle y ver lo que estaba pasando. Ilógica y fanática es, sobre todo, la tremenda actitud de Goebbels y su esposa, más papistas que el papa (“No quiero vivir en un mundo sin nacionalsocialismo, dice Magda Goebbels). Eva Braun me dejó con una gran duda: ¿era tonta, o se hacía? Su sonrisa y superficialidad me golpearon casi más que las propias decisiones de su novio, al final marido) No supe realmente si era superficialidad, o es que el amor la tenía cegada, o prefería defenderse poniéndose una coraza, haciendo como que no pasaba nada. “no pasa nada, hala, que nos suicidamos y ya está”. Así era su actitud. De todos los personajes, la que más me sorprendió y a la que menos llegué a entender fue a ella. ¿Realmente era así?

Como en todas las guerras, estés en el bando donde estés, siempre hay cobardes, traidores, héroes, pero sobre todo, víctimas. Entre los miembros de la SS también los hubo traidores, pero también héroes. Hubo cobardes que huyeron y valientes que se mantuvieron al lado de su jefe aún cuando ya todo estaba perdido. Bruno Glanz, el actor que interpreta a Hitler en esta película, en una entrevista, dice dos cosas que quisiera rescatar. La primera, que lo que más le impresionaba de Hitler era su falta absoluta de compasión, incluso para su propio pueblo. Lo segundo es: “no hay que confiar mucho en esa capa de barniz moral que hoy nos impediría volver a admirarlo. Es demasiado fina. No hay más que ver la foto de esa desgraciada joven humillando a los presos en una prisión americana, para desconfiar de que se haya aprendido la lección del triunfo nazi” (El semanal, 9 de abril 2005)

Ficha técnica:
Título original: Der Untergang
Dirección: Olivier Hirschbiegel
Guión: Bernd Eichinger, basado en el libro “El hundimiento: Hitler y el final del Tercer Reich”, de Joachim Fest; y en el libro “Hasta el último momento: la secretaria de Hitler cuenta su vida” de Traudl Junge y Melissa Müller.
Producción: Bernd Hirschbiegel
Fotografía: Rainer Klaussman
Montaje (Edición): Hans Funck
Interpretación: Bruno Ganz (Adolf Hitler) Alexandra María Lara (Traudl Junge), Corinna Harfouch (Magda Goebbels), Ulrich Matthes (Joseph Goebbels)
Alemania, 2004.
150 minutos