5.10.06

Del decadente arte de contar mentiras

Parece que ahora la literatura y el cine tienen que ser a lo Oliver Stone, y a lo Truman Capote: apegadas a la realidad. Imaginar, inventar, ya no molan. La mayoría de la gente lee o va al cine y lo primero que crítica, y a veces lo único, es que tan cierto o no es lo que está viendo en la pantalla. Ya no se puede ni mentir. Esto se acaba.
La polémica más grande de estos últimos tiempos, ha sido la película y el libro El código Da Vinci. El principal escándalo se basa en que el autor decide imaginar que Maria Magdalena y Jesús son pareja y tienen hijos. Lo raro del asunto, es que no es el primer autor, ni el último, que se lo imagina. Pero si el más criticado, lo cual, dicho sea de paso, le dio a ganar una fortuna con la cual podrá sentarse a imaginar cualquier chorrada que se le ocurra y a escribirla tranquilamente desde la comodidad de su casa, cosa que supongo ya hacía desde antes, pero bueno, me captan la idea.
Estos últimos dos días he estado también leyendo una crítica, por ejemplo, a El curioso incidente del perro a medianoche, novelita que a mí me gustó mucho, y en la que el narrador es un chico de 14 años con síndrome de Asperger. Para empezar, la discusión o polémica comenzó basados en la falsa premisa de que el niño era autista. Una persona se preguntaba porque era frecuente escribir sobre niños autistas superdotados cuando en realidad no existen niños autistas superdotados., Para empezar, yo no sé si existen o no. Y que quieren que les diga, tampoco es un dato que me quita el sueño, Un escritor, creo yo, se puede dar licencias literarias, puede inventar o crear personajes con las características que quiera. El lector da por hecho, desde la primera página de una novela, que lo que el escritor le cuenta es real dentro del mundo de ficción que es esa novela, no tiene por qué esperar o querer que esa realidad o esa verdad traspase el mundo novelesco y se instale en la vida real. A veces pasa, a veces no, y esa es una estricta decisión de quién escribe. Pero parece que ahora le dan menos poder de invención, ahora la cosa tiene que ser, además de verosímil, real, Pobre Harry Potter, ahora irá en picada.
Acabo de ver la película Al otro lado, que me interesaba, además de por ser mexicana, porque es de un ex compañero de la Universidad, Gustavo Loza. La verdad es que es una película que a mi me conmovió, aunque sí, en algunos aspectos, tiene alguna resolución demasiado fácil. Pero al volver a casa y leer algunas críticas, me sorprendió que algunos tachaban de demasiado ingenua o inverosímil, incluso de superficial la forma en que trata el fenómeno migratorio. A mi me parece, después de leer esas opiniones, que entonces la cosa no se entendió. Son tres historias de niños, con la visión de los niños. Y los niños son ingenuos, los niños conocen el mundo a su manera, e imaginan lo que no conocen a su manera, Y es quizá por eso que nos parezca ingenuo pensar que "el otro lado" es el otro lado de una laguna, como pensaba el niño protagonista de una de las historias. Pero...¿por qué un niño de diez años de un pueblo en Michoacán, que vive en el campo, tiene que saber donde es EL OTRO LADO? ¿por qué un niño cubano no puede creer que puede llegar a Florida montado en una rueda, cuando otros, ya adultos, lo han intentado? La belleza de la película radica precisamente en su ingenuidad. Y si resulta que una tratante de blancas se encariña de repente con una niña y la ayuda a encontrar a su padre, pues qué pasa, ¿qué los tratantes de blancas no pueden tener su corazoncito? ¿O el autor de la pelí no puede imaginar o desear que lo tiene?
Y es que, o una de dos, sobre todo en los dos ejemplos anteriores: o al escritor ya no se le está permitido mentir y mentirse, o no sabemos ver el mundo con ojos de niños.

2 Comments:

At 11:34 p.m., Anonymous Anónimo said...

La persona con mayor CI conocido hasta la fecha(entre 250-300)era autista, y se llamaba William James Sidis. Ser autista es independiente del CI.

 
At 3:52 p.m., Anonymous Anónimo said...

Ser autista es independiente del CI, depende de que materia y cuál sea la zona desactivada del cerebro que desarrolla la otra, pero por lo que sé generalmente las personas autistas tienen una sobreestimulación cerebral y más tendencia al consumo de cafeína y nicotina, aparte las personas extrovertidas siempre me han dado asco porque además de que no cierran la puta bocaza en todo el día, son incapaces de decir algo nuevo.

 

Publicar un comentario

<< Home