8.7.05

Día tres: cronología de un encierro

Para los que no saben exactamente lo que es "El encierro":
Se necesitan, básicamente, los siguientes elementos:
Los locos que corren
Los toros
Los cabestros que guían a la manada
Los servicios de emergencia
Los pastores
Los periódicos enrollados en la mano (esto no es estrictamente necesario, pero es la tradición)
El cohete
Javier Solano (el comentarista de Televisión Española desde hace muchos años)
San Fermín, claro.
Aproximadamente a las seis y media de la mañana, se comienza a desalojar la zona por donde pasará el encierro. Esta zona, durante la noche, es la que mayor afluencia de personal tiene, ya que se encuentra en el casco viejo y hay cienes y cienes de bares. Los servicios municipales cierran las vallas puestas ya con anterioridad y los servicios de limpieza recojen las toneladas de basura que se acumularon por la noche, incluidos dos o tres borrachos tirados en la calle y que no se han enterado de lo que pasa.
El recorrido: Los toros salen de los corrales ubicados en la Cuesta de Santo Domingo y de ahí van a la Plaza de Toros, lo cual significa aproximadamente 800 metros. Debido a la cantidad de gente, al peso y velocidad de los toros y varias consideraciones más, es prácticamente imposible correr todo el trayecto, por lo que los corredores se especializan y se ubican a lo largo del camino para correr la pequeña parte en la que se consideran más seguros, o que sé yo como toman la decisión, el chiste es que corren por tramos. Algunos esperan a los toros directamente en la Plaza, lo cual no siempre les da mayor seguridad respecto al toro, igual y se desbanda en el último momento. A pesar de que se tiene más o menos estudiado el comportamiento de los toros, según como haya ido en años anteriores, lo cierto es que nunca se sabe que pasará. Los corredores deben de seguir ciertas reglas que como ya supondrán, casi nunca cumplen.
El primer tramo va de la Cuesta de Santo Domingo al Ayuntamiento y es de 280 metros más o menos. Al pie de la cuesta se encuentra San Fermín, adornado con los pañuelos de las peñas, en donde se ubican los corredores que harán la primera parte y que cumplen con los ritos básicos del encierro: a las 7.55 de la mañana, se canta una copla "A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos su bendición". La copla se repite a las 7.57 y a las 7.59.
A las ocho, se tira el primer cohete y se abren las puertas, los toros salen junto a los cabestros, encargados de guiar a los toros. Esta parte del trayecto es una de las más emocionantes y peligrosas, primero por la velocidad y a veces el desconcierto con que salen los toros, luego porque hay pocos refugios para los corredores (aquí no hay vallado, el cual también cumple la función de guarida para que los mozos salten hacia ella en dado caso). El segundo cohete se tira cuando todos los toros están ya en la calle.
Después del Ayuntamiento sigue el tramo de la calle Mercaderes, de unos cien metros. Aquí los toros suelen pegarse a la acera derecha, cosa que es bueno tomar en cuenta para los que se quedan contra la pared parados viendo a los toros: es peligroso. No siempre el que corre frente al toro es el que tiene más riesgos.
Luego viene una curva peligrosa, la que lleva a la calle de la Estafeta. Aquí suelen irse los toros contra la valla. Fue donde el toro del primer encierro, el de ayer, se quedó atorado más de medio minuto y se rompió el asta. Han puesto un antideslizante que ha servido para que los corredores no resbalen, pero poco a servido para los toros que recalan aqui casi siempre. Yo diría que es la parte del camino más peligrosa para el toro.
En la calle de la Estafeta el camino es recto, muchas veces aquí los toros se desbandan, ya sea porque se quedó alguno rezagado por la caída, ya sea porque ya van más lentos y cansados.
Sigue el tramo de la Telefónica, de unos noventa metros, los últimos antes de llegar al callejón de entrada a la Plaza.
El callejón también es uno de los tramos más peligrosos, ya que el trayecto se estrecha y se acumulan muchos corredores, por lo que suelen hacerse montones de corredores que caen o se quedan ahí atorados. Si el toro entra despistado, peligro. A veces en el montón caen corredores y toros al mismo tiempo.
En la Plaza de Toros, lo normal es abrirse en abanico y permitir a los dobladores que guíen a los toros. Si se corre al centro de la Plaza, peligro. Y cuando hay mucha gente dentro de la Plaza, lo mismo, peligro.
Se cierran las puertas de los corrales, se tira el tercer cohete que anuncia que los toros ya están guardaditos. Aquí termina el Encierro, los toros quedan a resguardo hasta las seis y media de la tarde, hora de la Corrida. Así que el encierro equivale al Walk Man Dead de los que cumplen la pena de muerte.
Se supone que los corredores son profesionales, que cumplen con los requisitos (no haber bebido ni trasnochado, llevar el zapato adecuado para correr, no tocar el lomo ni los cuernos del toro, después de correr su tramo despejar la calle, etc.) Mientras menos se cumplan estas reglas, mayor peligro hay, por lo que se comprueba mi teoría: los toros no son el peligro, sino los corredores.