26.3.06

Dos Rocíos

El sábado por la tarde, veíamos en las noticias la cobertura del regreso de Rocío Jurado a España. Una cobertura de medios que la han seguido por Houston, y por todas partes, desde que se supo su enfermedad, o más bien, desde que ella, en una rueda de prensa, admitió claramente la enfermedad de la que ya se corrían rumores. Mientras veíamos esta noticia, que estaba en todos los canales y no solamente en los programas "rosas", sino dentro de los noticieros de información general, me pregutnaba por qué se le daba tanta prensa a Rocío Jurado, si, por ejemplo, Rocío Dúrcal estaba desde hace muchos años sufriendo la misma enfermedad. Yo no puedo valorar aquí, porque no lo conozco, lo que ha significado la trayectoria de ambas artistas en España, y tampoco decir si una será mejor que la otra, porque sus carreras han sido diferentes. Pero a Rocío Jurado le dieron la medalla del mérito al trabajo, el dia de ayer, y de Rocío Durcal se habla de vez en cuando.
Como soy medio bruja, 24 horas después, Rocío Durcal volvió a salir en las noticias: desgraciadamente, por su fallecimiento. Se dio la noticia y una semblanza que resumión como cincuenta años de carrera en unos cuantos segundos, y luego pasamos a ver que había de novedades en el caso Jurado.
Mis sentimientos son contradictorios, pero cualquiera que sean mis sentimientos, me llevan siempre a una reflexión sobre el poder de los medios. Crean y destruyen dioses de barro. Hace muchas décadas, Mclahan decía: el medio es el mensaje. Yo ahora creo que hay que decir: el medio crea el mensaje. Depende de la cantidad de reflectores que hay alrededor, la noticia será más o menos importante. Y ahora, la mayoría de las noticias tiene que ver con la gente que muere. No olvidemos que hace muy poco vimos prácticamente morir al Papa, "en vivo y en directo" (y a Carlos le dio risa lo de "morir en vivo", la frase es graciosa, el hecho es dramático, según yo).
Mis reflexiones no tiene que ver con que me gustara más Rocío Dúrcal que la Jurado (lo cual también es cierto, como olvidar sus películas de adolescente! me encantaban, junto con las de Marisol y las de Pili y Mili) Simplemente son dos trayectorias artísticas que llevaban ahora el mismo camino de la enfermedad. Pero a una se le dan muchos minutos en muchos programas, a la otra apenas se le menciona. Como las noticias de Osasuna frente a las del Real Madrid, que me disculpen el ejemplo.

16.3.06

de memes y manías

Pues yo no sé lo que es un meme. Alfredo, desde su blog, me envío uno y por lo que entendí, es como una cadena, o sea que yo ahora tengo que hacer una lista de mis manías personales, que es de lo que va este meme en particular. Alfredo, ¿es así? por si acaso, pongo 5 manías, aunque creo que se quedará corta:

1. Hacer listas. Hago listas de todo: de lo que me gusta, de lo que no, de las películas que quiero ver, de las que ya vi, de las que vi en el cine y de las que vi en la tele, o en DVD, de los libros que quiero leer, de los que quiero comprar, de lo que voy a hacer, de lo que me falta por hacer.... de todo. Las listas son lo mío.

2. Tengo la manía de pensar que siempre dejo la plancha encendida. A veces es que dejo algo al fuego cuando salgo y tengo que volver para ver si lo apagué, pero en general es la plancha. Y no me quedo tranquila hasta que vuelvo a ver si la apagué y desconecté el cable.

3. Leer las revistas y el periódico de atrás para adelante. No tengo ninguna razón en especial. Un amigo me dijo que él lo hacía porque la sección de cultura y la cartelera suelen estar al final. Esas también son las secciones que más me gustan, pero no es por eso. Pero si tuviera una razón de ser, no sería una manía.

4. Quitarle la etiqueta del precio a los libros. A veces, cuando quiero recordar donde lo compré y por cuánto, quito la etiqueta de la contraportada, que es donde suelen estar, y lo pongo dentro, donde lleva mi nombre y la fecha de compra.

5. El quinto se lo preguntaré a Carlos, él lleva la lista de mis manías.

¿A quién le pasaré el meme?
Alex, creo que estas cosas no te gustan, no lo sé, pero eres el único del que tengo su blog...

Keeps on raining (Billie Holliday)

Llueve desde ayer. llueve como un verano en la Ciudad de México. Como una noche en el París de Rayuela. Como cien y un días con sus noches en Macondo. Como un largo día en Santiago de Compostela.

Para los adictos a Rayuela, la lluvia siempre nos trae recuerdos de algo que no hemos vivido, pero que hemos recreado una y otra vez. Nos transporta, por ejemplo, a una noche de cualquier año en los cincuenta. Estamos en París y el Club de la Serpiente se reúne en la casa de Babs y Ronald, una buhardilla que huele a vodka arato y a blues, tenuemente iluminada por la luz de las velas. La lluvia, desde que leí Rayuela, siempre parece ir acompañada por el ritmo del jazz, el decadente escenario para las transformaciones mágicas de las notas de una guitarra, de una trompeta, de un saxofón.

La lluvia también me recuerda aquella primera vez en que, por no tener nada más que hace ("con esta lluvia", Horacio y la Maga fueron por a un hotel, un triste hotel de colchas amarillas, paredes con tapiz viejo, cortinas desteñidas, gestos teatrales y temerosos. Y cómo olvidar el paraguas de la Maga, aquel que encontró ya viejo y roto y que usaba más para hundir en las costillas de la gente en el metro y el autobus que para guarecerse, cosa que intentó hacer una tarde lluviosa y "en su mano se armó una catástrofe de relámpagos fríos y nubes negras, jirones de tela destrozada cayendo entre destellos de varillas desencajadas..."; ese paraguas que terminó en un barranco del parque, y que se reencarna de vez en cuando, en otras manos, en otros parques, y también se deshoja con el viento.

También recuerdo aquella tarde cuando, por no tener otra cosa que hacer, tarde en que la lluvia iba y venía indecisa, Oliveira entra al concierto de piano de Berthe Trepat. Me gusta releer constanteme Rayuela, saltando casillas hasta llegar al cielo, trastocando caminos, inventando nuevos, siguiendo a veces las instrucciones y otras ignorandolas por completo. Pero sobre todo me gusta releerla cuando llueve, cuando el jazz duele más y el vodka recuerda con más nostalgia (aunque nunca tomo vodka), cuando la tarde se parece más a una tarde parisina en una buhardilla escuchando discos viejos. (y más dolor y más nostalgia por ser hoy el 11-M, recordar Atocha será uno de esos días que no se podrán evitar, que el dolor no se puede olvidar, como el 19-S del 85, como el 11 S del 2001, como hoy).

Mexico es una ciudad que provoca mucho leer Rayuela. Como dice Carlos Fuentes en Los años con Laura Díaz, en México no hay estaciones, sino que hay dos temporadas: temporada de lluvia, temporada sin lluvia. Así que tenemos seis meses para ir saltando de casilla en casilla. Aquí, el año pasado hubo poca lluvia, pero parece que se quiere recuperar en estos días, desbordando el río Arga, el Bidasoa y el Ebro, y poniendo el ambiente propicio para sentarme y tener, una vez más un encuentro con Julio en el tablero de direcciones, a ver si nos ponemos de acuerdo por donde ir esta vez.